lunes, 29 de septiembre de 2008

DON ALFREDO

Buenos días/tardes/noches/madrugadas/resacas(que nunca se sabe el estado de cada cual):

Esta historia le pasó al menda lerenda, así que Antonio Sihi tiene lo suyo, pero yo tampoco me quedo sin mi medalla (el oro es inalcanzable, lo sabemos).

Este desconcertante suceso ocurrió un sábado a eso de las 16.00-17.00 horas. Sólo recuerdo (preferiría olvidar todo lo relativo a este capítulo) que era uno de esos días en los que el cartel de la pizzería y yo rivalizábamos por ver quién echaba más horas allí.... Entré a las 12,00 de la mañana y cerraba (a eso de las 2,00-2,30 de la noche). Aquel día me iba a “forrar”, lo cual en términos pizzeros es mejor no pasarlo a euros....

Total, que yo estaba comiendo; es decir, la hora en que cualquiera se está echando una siesta... excepto dos ¿personas?, que en ese momento no era una siesta precisamente lo que estaban echando.

Total, que llevo esas dos pizzas familiares a la calle Cristo (esto sería una señal del destino porque estuve mentando al Salvador todo el tiempo...).

El Rober que llega al portal, lo ve abierto y para dentro Romerales. Subo (era un 1º -joder, cuántas cosas recuerdo de esto, Dios-); me planto frente a la letra correspondiente y veo que es una puerta amarilla (blanco carcomido, más bien) más antigua que las aceitunas de la pizza y que en la parte superior izquierda, cruzado, hay un lazo rojo a modo de paquete regalo (esta expresión adquiere su sentido al final de la historia).

Con más desconfianza que miedo, y más miedo que vergüenza, llamo al timbre. Nada. Silencio sepulcral. Estamos en la hora de la siesta y no sería la primera vez que le jodo a alguien que iba a joder con Sofía Loren, Monica Bellucci o Angelina Jolie en ese momento... Dudo de si me habré equivocado, pero los datos del albarán coinciden con la dirección (¡qué destreza la mía que he sido capaz de ir al sitio correcto!) y además sabía que a esa dirección era relativamente común llevar pizzas.

Segundo intento. Ding, dong. ................... Acerco la oreja para oir cualquier vestigio de vida (de cualquier especie) dentro, ya sea la televisión, radio, alguien hablando, una cadena del wáter,... y sí, algo hay. Se oyen, casi imperceptibles, unos pseudogruñidos indescifrables que, sinceramente, no sabía a qué asociarlos... (¿violación de una oveja?, ¿uoija con algún homo erectus de la familia?, ¿vida inteligente más allá de Andrómeda?,...). Afortunadamente para vosotros, amigos (no para mí), los medio rebuznos emitidos fueron subiendo de decibelios hasta que ya pude descifrar de qué se trataban: era una mujer (o el Duque sin ayuda del foniatra ése que le hace poner voz de cazayero) que estaba tocando el Cielo con las manos, pies, el culo, pero me da a mí que sobre todo con otra parte del cuerpo...

El volumen fue subiendo poco a poco, lento pero seguro. Eran unos gemidos constantes con algún punto súbito de subida enorme... y volvían los gemidos constantes hasta el siguiente “puntazo”; cada vez se oían más y más claramente. Pero aquello se le fue de las manos (o de donde fuera); ¡¡la madre que me parió los chillidos que daba!!. ¡¡Se iba a quedar afónica la colega!!.¡¡ Joooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooder!!. No sé a quién tendría encima-debajo-izquierda-derecha-enelcentro-padentro pero el caso es que la tía lo estaba flipando en colores (y por extensión sus vecinos de descansillo y un pobre pizzero que sólo quería acabarse la comida que había dejado a medias...).

Uno, que es de naturaleza educada supo leer la situación. Me senté en el suelo, recostado en la puerta amarillo-nicotina y esperé que la afortunada acabara de dar gracias a Dios por cruzarse en la vida con un toro o un caballo (no era para menos lo que debía tener allí...); ¡¡pero si es que con esos decibelios se iba a cargar los espejos del cuarto!! Porque ésa es otra; preferí pensar que estaban al lado de la puerta, porque como encima estuvieran en la otra punta del piso, ese tío no era de este planeta (y ella, por no morir de placer, tampoco).

Bueno, pues así quedaba la escena: una pareja (bueno, quizá fuera más de uno a la vez, lo cual explicaría la ración de placer que se despachaba en aquella casa) disfrutando de la vida mientras un servidor (en el más amplio sentido de la palabra) les llevaba la comida a casita. El pobre servidor, sentado en el rellano, bolsa térmica con pizzas, alitas, coca-colas y patatas en mano (hay que joderse que cuando uno quiere olvidar recuerda hasta el tiempo que hacía), pensando que por qué no hizo caso a su madre cuando le dijo que se buscara un trabajo serio.

No, él no. Él tuvo que salir pizzero. Flexibilidad de horario, defendía yo ...(esclavitud sin horarios, más bien). Dinero rápido... (y tan rápido, con lo poco que era no se tardaba en reunir). Compañeros de la misma edad le decía yo a mi madre (lo que no le explicaba de qué cárceles iban saliendo). Otras veces salía con que era un trabajo nada rutinario (he salido listo de cojones: a ver en qué trabajo tienes que oir a dos zumbando mientras tienes su comida en la mano (bueno, al menos la de él... de la de ella prefiero no hablar, por favor)).

Total, que fueron unos 15-20 minutos en los que me replanteé mi ¿profesión?, mi vida en el presente (también en el futuro). Tampoco vi mal empezar de inmediato unas oposiciones a policía bombero, agente judicial, o de instituciones penitenciarias. Lo que fuera, pero ya mismo. Bueno, mejor al día siguiente, que ese sábado tenía un pique abierto con el cartel de la tienda...

20 minutos, 100 cohetes y sabe Dios cuántos gemidos después se hace el silencio; el más abismal de los silencios... ¿La habría matado?, ¿habría muerto él quizá por el esfuerzo descomunal?. Probablemente se trataría sólo de la calma tras la batalla; en este caso había habido guerra de la buena, así que siguiendo la cortesía y educación aprendidas conté unos minutos más hasta que decidiera llamar y hacerles ver que existía una vida de dolor y penas más allá del Nirvana. Lo justo para levar anclas, replegar velas, dirigir el timón a puerto seguro y fumarse el cigarrito.

Pasan los intempestivos minutillos del después y yo que llamo, tímida pero sobre todo vergonzosamente; joder, qué hombre hay ahí y yo aquí, vestido como una boya pero con gorra y todo, ¡y encima abajo tengo una moto con la que voy a juego!. Ahora sí se siente vida inteligente dentro de la casa, y tras el “Un momento” de cuartelillo para ponerse el tanga propio o ajeno, que ya lo mismo da, me abren la puerta.

Señores, ¿están Ustedes sentados?........¿Ya sí?. Me abre la puerta una mujer rubia, de 1,85m.de altura (más o menos, nunca acabé de recorrerla del todo), cabello liso pero ligeramente ondulado, propio del fragor de la batalla, que le llega hasta la cintura. De un azul turquesa y mirada tierna y transparente, destellaban unos ojos morbosamente rasgados que le daban el toque exótico que te invita a conocer países y culturas que ni siquera sabes si existen pero de donde ella salió, seguro. El cuerpo tuvo que ser tallado con cinceles de mármol y oro en la Fragua de los Deseos; sencillamente perfecto. No tenía nada de más (aunque a una mujer siempre se le puede pedir que tenga más de tal o cual (más bien de tal siempre), a ella no me atrevería pedirle ni la hora) ni de menos. La blusa que colgaba de ella sólo servía para ir a juego con el alma blanca y pura (virginal ya no) que seguro que tenía, porque tapar, no tapaba ni su vergüenza ni mi pudor por ellas. Hasta eso era deliciosamente angelical, le daba el levísimo toque de mortalidad para saber que no era un sueño y que yo era tan cutre de soñarme vestido de pizzero. Aquel encuentro duró qué se yo, ¿tres?, ¿cuatro? vidas completas con sus reencarnaciones correspondientes en las cuales apenas se movió pero la ligereza que mostraba tan irreal, tan fantástica, que hizo que todos los que estábamos frente a ella (yo estaba representando al género masculino al completo, Jesús Vázquez, Jesús Mariñas, Grande-Marlaska y Zerolo incluidos) no la miráramos, la admiráramos. El modo en que su cadera derecha se insinuaba tras la puerta amarillo-caries mientras ella se apoyaba en la parte superior de la puerta mejor no voy a describirlo. Y la sonrisa que me dedicó mejor no voy a recordarla más.

Sé que cuando me vaya a morir no se me pasarán imágenes de mi vida por la mente; se limitará a su “Un momentito, por favor” que me dedicó a mí.¡¡A MÍII!!, ¡¡ME LO DIJO A MÍ!!. Y así, como vino, en un susurro; se alejó flotando con aquel camisón que se habrá subastado en Sotheby´s... desapareció. Para siempre se fue... y para siempre se quedó.

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Si, ladies and gentlemen, por la puerta grande, ¡¡POR LA PUERTA GRANDE!! está a punto de hacer la aparición estelar El Tigre de Bengala, El Mihura de todos los tiempos, Rocinante con un cacharro importante, Lorenzo Lamas el Rey de las Camas, Alessandro Melenas el Terror de las Nenas, Jean Pierre Montoya, el de la Enorme P.... El momento era tan grande, tan sumamente grande, que casi podría llegar a ser la mitad de inolvidable, la décima parte de emotivo y la centésima millonésima de mítico que el que acababa de presenciar con la Diosa (y llamándola Diosa la estoy llegando a la uña sin cortar del dedo meñique del pie izquierdo).

Señoritas, ¿están Ustedes sentados?........¿Ya sí?. Está a punto de abrirme la puerta la mezcla de hombre resultante de lo mejor de El Duque, el cuerpo de Jesús Vázquez, la excentricidad de Johny Depp, la elegancia de George Clooeny, la atracción de Hugo Silva, el atractivo de Brad Pitt, la flexibilidad de Nacho Duato, la masculinidad de Javier Bardem y la inteligencia de Woody Allen (sólo la inteligencia).

La imagen que apareció ante mí, y la correspondiente asociación de ideas, hizo que se me olvidara el momento que había vivido segundos antes: un hombre de 1,60 m. (bueno, quítemosle algún centímetro por las pantuflas grises roídas y despeluchadas que gastaba); calvo de mala manera (es decir, con el pelo hasta la mitad de la cabeza, ni siquiera era un calvo completo; ataviado con un slip azulito cielo del modelito elefante (el que marca la trompa). Tenía el pecho repleto de esos pelos rizados y largos que tan poca higiénica imagen dan; juro por lo más sagrado de la Tierra (el Real Madrid, Rafael Nadal, las jarras heladas de cervezas con limón o lo que cada uno venere) que las pupilas de sus ojos tenían el mismo ángulo que los de Fernando Trueba: era capaz de verme a la vez a mí y a la rubia, a la cual se la intuía levitando en el salón. La barriga cervecera que portaba dejaba ver que el hombre debía ir muy bien dotado porque en un cara a cara con una mujer no llegaría nunca a ningún sitio en condiciones normales. ¿Peludo? Ojalá sólo fuera peludo, ni los hombros estaban al descubierto (supongo que la espalda también la tenía abrigadita, afortunadamente siempre me quedará la duda...). En una pose desafiante con las patas (sí, las patas) abiertas me miró fijamente, con la media sonrisa de quien se cree superior (Santo Dios, éste me vio y se veía superior.... Lo triste es que recordando las aullidos de ella que acababa de oir, ¡¡yo también le veía el puntito superior!!).

Bajando la mirada le saludé con un escueto “Buenas tardes” a lo que él me respondió en una demostración de estudios, preparación, seminarios, charlas, simposios, coloquios y exposiciones varias con un “Hey” (bueno, seguro que él lo habría escrito “eeeeeeeeeeeeeei” en el mejor de los casos). En una mezcla de decepción, humillación, desesperación, ruindad moral y ganas de suicidio le entregué la comida, él me pagó con un billete demasiado grande (no recuerdo cuál, bastante tengo ya con acordarme de todo esto) ante lo cual le dije que no llevaba suficiente cambio y que debería haberlo avisado por teléfono al hacer el pedido.

Me miró fijamente a la altura del cuello (más no le llegaba la vista, lo cual me hacía plantearme cómo cojones se lo habría montado con el ser de las Hadas que seguía flotando por la casa....) y me soltó un “Cí, shiquetete (¡¡CHIQUETETE!! ¡¡CABRONAZO, SI TE METO PUEDO METER EN EL CAJÓN DE LA MOTO COMO ME TOQUES MUCHO LA PIZZA!!), taba yo en ese momento pa pensá en los dineros”. (cómo le odio, cómo le odiooooooooooooo). Así que el remate es que me suelta: “Bueno, pues cóbrate el doble del precio y en una horita más o menos me vuelves a traer lo mismo que ahora, que hoy el sábado promete” (la frase es adaptación mía al español tras usar el diccionario garrulo-español, español-garrulo que tuve que comprarme porque obviamente una frase con sujeto, predicado y complementos era para él tan impensable como para Iker Jiménez la vida sin los extraterrestres violándonos y embarazándonos todos los días a todas horas).

Sí, señoras y señores, Alfredo Landa no tuvo bastante con echar uno con aquella MUJER e irse corriendo a dar las gracias a la Virden de los Milagros, Lourdes, a Fátima, al Monte Sinaí y al portal de Belén!!!! Iba otra vez al lío....Yo, mientras estaría montado en la motoburra ésa que me iba a dejar tirado en cualquier momento; pero eso sí, estaría llevando la felicidad a todas las casas, lo cual es mucho mejor plan, naturalmente. ¿¿Hay algo mejor que la sonrisa de un niño?? ¡¡¡DIOOOOOOOS, CÓMO LE ODIOOOOOOOOO!!!







P.D.: Sí, les llevé la pizza otra vez al rato largo (recuerdo que tardé bastante más de la hora; yo con humillarme una vez al día tengo de sobra, no quería volver a estar a 5 metros del Toro Sexual aquél en pleno ataque.); esta vez me abrió él, me recogió las pizzas y aquí ya fue lo que provocó mi decisión firme de ingerir cuanta pastilla encontrara a mi paso y morir de una vez por todas; me dijo :”Shavá, ¿azta ke ora traeis oi las pichas a las casas?”.

En 9 años de pedidos fue la única vez que me fui sin contestar al cliente.

lunes, 22 de septiembre de 2008

TODO POR LA PIZZA

Así, a bote pronto, hablemos de Antonio Sihi (nombre ficticio pero no tanto.... El tema de los copirráis está últimamente muy chungo; evitaremos así ramocines ataques contra el derecho de la propiedad ¿intelectual?). Bueno, el caso es que el Antonio éste la va a liar parda: este chaval de 30 y muchos años era (¿es?) de origen africano (elige tú el país, que a mí me da la risa). El caso es que es (¿era?) negro y sabía de español pues más o menos lo que sé yo hablar el lenguaje de los ornitorrincos uzbekistaníes (sí, ve a la Wikipedia a ver si hay alguno).


Pues nada, este precursor de los cayuqueros actuales lo que sí tenía era ya aprendida la lección de soltar el rollo “Claaaaaaaaro, como soy negro....”. Además, era curiosa la prefecta pronunciación de la letra “r”; a mí a veces se me traba la lengua y lo digo peor que lo decía él (quizá en el cole angoleño le enseñaran cómo pronunciar la r española por si un día venía al Tele... yo creo que esta gente sabe de nosotros más que nosotros mismos... bueno, de becas, cheques-regalo y subvenciones pueden darnos un Máster... pero sin beca, claro, que ya se la han llevado ellos, fijo).


El bueno de Antonio Sihi (lo siento, me sale todo seguido, nombre y apellido) no sabía nada de español, pero debe ser que de números tampoco sabía porque el muchacho iba a una casa, entregaba las pizzas, y lo que le diera el cliente, él se lo metía en el bolsillo y a correr.... Si era dinero de más se llevaba la propina, pero si era de menos (esto me recuerda que habrá un capítulo destinado a los clientes y sus “líos” con los precios...), pues Antonio Sihi (jooooder, sale solo!!!) tenía que poner dinero al final del día.Sí, debió volver a su país flipando con el “estado del bienestar” español nuestro, no palmó pasta ni nada el colega.... De tontos pá arriba nos puso por su saharaui población....


Este nigeriano, estoy convencido, fue contratado por el Telepi para hacernos felices. Estábamos todos con movidas y malos rollos siempre, pero fue llegar él y el día que no hacía una de las suyas, es porque hacía dos... o tres. Da igual cuántas, porque como el pobre no sabía de números....


Un día, a eso de las 12 de la noche, se le manda a un pedido doble: el primero a una calle cualquiera, y el otro, en el mismo viaje, al Parque Empresarial de San Fernando el cual, a pesar de llamarse así (y estar en San Fernando de Henares), estaba al lado de nuestra tienda. A nuestro ruandés protagonista se le empieza a echar de menos a eso de las 2 de la mañana (el pedido, para alguien que no fuera somalí no le llevaría más de 20 minutos). El encargado de turno, preocupado, le llama al móvil (luego caerá en que Movistar aún no ha llegado a Botswana, por lo que desiste....), así que llama al cliente de la calle a la que llevaba el primer pedido. No problem. Nos confirma el cliente que la pizza estaba entregada, comida y cagada (teníamos la clientela que nos merecíamos, qué le vamos a hacer). Asimismo, el cliente que como volvamos a llamar a las 2 de la mañana vamos a ir, junto con nuestra puta madre, a verificar que efectivamente estaba cagado el delicioso alimento...


Total, que el encargado más por él mismo que por el repartidor empieza a preocuparse; por Antonio Sihi no se preocupaba mucho porque en el Telediario de la 1 siempre han dicho que en Camerún los niños se saben valer por sí mismos desde muy tierna guerr...edad.


El encargado, tras unos improperios en eritreo (a eso de las 4 de la mañana ya le había dado tiempo a estudiar la lengua materna de este simpático mauritano), moto en ristre va a buscar a nuestro protagonista. Dicho encargado hace el recorrido de los pedidos en busca de algún marfileño caído en la carretera por accidente (o violación, sodomización, atraco,... ya fuera recibiéndolo o haciéndolo), pero para su sorpresa, en las calles de Torrejón no había rastro alguno de crimen (saldría en las noticias al día siguiente como hecho insólito, por cierto). Nuestro encargado confirmó en el Parque Empresarial de San Fernando que allí no había ido nadie a entregar la cena (el vigilante de seguridad al que iba destinada la pizza intentó comprar un brazo del encargado, que aparentaba bastante carne, aunque colgandera, eso sí...).


Tras una botella de whisky en un club de alterne situado al lado del Parque Empresarial, el encargado se fue a su casa (iba a decir desesperado y triste, pero nos vamos conociendo....). ¿Qué por qué el encargado esperó bebiendo whisky en un puti?¡¡¡Joder, porque estaba al lado del Parque Empresarial!!! Si llega a haber alguna biblioteca por allí.... ¡¡¡pues hubiera esperado en el puti de al lado de la biblioteca!!!. Sólo mencionar que ese chaval era el más inteligente del curro, era el único que había llegado a encargado (sí, yo me había quedado en repartidor; yo estaba al nivel de Antonio Sihi, el senegalés .... dejémoslo ahí, ¿vale?),


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(Los puntos de arriba son para indicar que pasó tiempo.... No soy escritor, no sé cómo expresarlo, coño; no le pidas peras al olmo (salvo si el olmo es de Chuck Norris).


Al día siguiente, tras los puntos suspensivos, llama la Policía Nacional diciendo que ha encontrado a un motorista namibio de Telepizza en el pueblo de San Fernando de Henares (pues a eso de unos 12 km. de Torrejón), preguntando a las 6 de la mañana a una vieja que si quería una pizza....


El colega sudanés había asociado las palabras “parque” y “San Fernando de Henares” y allí, estaba, a las 6 de la mañana, metido en un parque (con sus arbolitos, sus banquitos, sus gentes paseando sus perros), insisitiendo de mala manera a una vieja que paseaba a su chihuahua para que le pagara una pizza familiar y 4 Fantas de limón....


Por supuesto la vieja iba sin móvil (Movistar tampoco tenía cobertura en la 3ª edad por entonces) ni nada exceptuando all feroz chucho de 12 centímetros (sí, como la media española.... no profundicemos en el tema, por favor), y unas amenzantes llaves de portal y casa, pero la vino Dios a ver ya que pasó por allí la policía....


Atención, ¿por qué pasó por allí la policía? Porque era la cuarta llamada que recibía desde una gasolinera (cada vez desde una) diciendo que un repartidor de Telepizza sudafricano llenaba la moto de gasolina y se iba sin pagar (en una de ellas casi se carga al pobre chaval que estaba en el turno de noche....).


La policía le retuvo, lo empapeló más que mi madre el cuarto de estar, pero como aquí el malí no se enteraba de nada, intentó venderles la pizza a los maderos.... Pero éstos, demostrando conocimientos lingüisticos congoleños, negociaron con él: dos hostias y al coche policía y la moto, inmovilizada allí...


¿Acaba aquí la cosa? Nooooooooooo. Nuestro ugandés amigo, en un alarde de corporativismo, se juega la vida por esa pedaaaaaaazo de moto (esto me recuerda otro capítulo que habrá) y dice que si él ha venido en moto, él se va en moto: se escapa del coche, se monta en la moto, sale bufando con la motoburra parque a través y nuestros representantes de la ley detrás de él. El guineano era (¿es?) tonto pero no gilipollas: se metió por un callejón; los otros dos que eran (¿son?) tontos y gilipollas creen que llevan el coche del Inspector Gadget e intentan meterse por allí... hasta que se calzan un viaje de padre y muy señor mío (excusémosles, los pobres novieron venir el muro ),


Heroicamente, Antonio Sihi llegó a la tienda a eso de las 7 de la mañana y estuvo pacientemente esperando en la puerta de la tienda hasta que se abrió a la 1 del mediodía hasta que llegó el encargado... que era el mismo de la noche anterior. El pober muchacho no sabía si alegrarse por ver al egipcio vivo o matarle cuando la resaca desapareciera....


A las 15,00 horas aparecieron en la tienda un ejército de policías: Municipales, Nacionales, Guardia Civil, Ertxaintxas, Mossos d´Esquadra, GEOS, Policía Montada del Canadá, F.B.I., C.I.A., C&A, N.B.A., D.V.D., R.A.M., E.G.B., C.O.I., C.Y.I.I., D.E.P., C.D.-R.O.M., B.U.P., R.A.M., C.O.U., U.S.B.,... para detener, palabras textuales, “un criminal peligrosísimo en busca y captura en la nación”.


Y sí, al llegar allí, entre todos, pudieron detener a ese criminal que acechaba las calles españolas, ése que atemorizaba a toda la población. Al ser llamado, vía megáfono, allí salió el enemigo público número uno de la nación: un chico de color, probablemente de Lesotho, quien, enfundado en un peligrosísimo plumas rojo con la provocativa palabra TEL PIZZ levantó las manos en las cuales llevaba unos cinco desafiantes tikets de gasolina, y en una maniobra digna del más astuto de los terroristas que amedrentan nuestro mundo le acercó los tikets a uno de los policías y sonriendo le dijo, “pagar” (pronunciando la r como sólo saben en Sierra Leona).


Nuesto representante de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, arriegando su vida y por extensión la de todos los allí presentes dijo: “Vamos, cabrón, que se te ha caído el pelo”.


Antonio Sihi fue brutalmente detenido (era 1 contra 8) sólo pudo decir: “Claaaaaaaaaaaro, como soy negro...”.



viernes, 19 de septiembre de 2008

PREPUCIO

Hola joven aburrido que no tiene otra cosa mejor que hacer que leer este cúmulo de historietas vividas en uno de esos curros basura que tanto abundan hoy en día. Algunos episodios no tienen desperdicio, otros son desperdicios en sí mismos, los hay así y asá, de esta manera, de aquella otra... pero en cualquier caso éstas son las vivencias de alguien que estuvo en ello más tiempo que el cartel de la tienda, así que algo digo yo que aprendería.... y ahora, por el módico precio de 1/2 doptría la hora aquí pegado vas a poder aprender tú!!!! (aquí debería ir una foto del tío Sam señalándote desafiante....).

He de decir y digo que este blog se irá llenando con historias que pasaron de verdad. Todas son ciertas, algunas incrédulas ya lo advierto, pero todas surgidas de la combinación letal de mente humana + trabajo de mierda. Quien tenga que hacer una tesis sobre el comportamiento humano en condiciones infrahumanas, de presión y ajenas a su rutinario comportamiento, aquí tiene el Doctorado (Seleccionar todo es Ctrl+E, Copiar Ctrl+C y Pegar Ctrl+V, así vamos ahorrando tiempo). Quien simplemente quiera pasar el rato, que se vaya trayendo pipas.

Quien aún confíe en la naturaleza humana en cualquiera de sus acepciones positivas, que vaya trayendo una taza enoooooorme de paciencia a la que le haya echado dos o treinta y tres dosis de apertura de mente, y ciento seis cucharadas de incredulidad.

Quien esté buscando un trabajo para las tardes y los fines de semana, que deje de leer ahora mismo. Y quien tenga a unos padres deseando que se busque ese currillo para sus pelillas, Ctrl+E, y Ctrl+P, que lo van a flipar los pobres...

Las historias no están por oden estrictamente cronológico, lo cual te viene a dar igual porque salvo un personaje que ocupará más de una (la gente grande escasea), el resto son cada uno de su padre y de su madre, para que no se diga que los locos son 4 gatos.... Además, no va a haber argumento religiosos, xenófobos ni políticos: aquí está como una puta cabra tanto un venezolano chavinista como el hijo de papá del concejal pepero de turno, o el joven inútil españolito medio de pro o el negro recién llegado de sabe Dios dónde...

Por último, los agradecimientos. Este blog no sería posible sin esa mierda de sociedad que hace que nos volvamos todos cada vez más locos; sin ese mundo que nos obliga a buscar cuaquier tipo de trabajo a un sueldo indigno y en unas condiciones que si se enteran los que vienen de fuera habría que ver si no se lo piensan seriamente según fueran llegando... Ni Guardia Civil ni hostias: les ponía las playas, aduanas, aeropuertos, etc. repletas de fotocopias de mi contrato, sin más.... Y si hay alguno que llega tan lleno de ilusiones, si hay algún engañado que cree que aún así merece la pena, si consigue atravesar el muro de las lamentaciones que son los salarios nuestros de cada mes, le dejaba el camino sellado con los recibos de la hipoteca pegados con chinchetas hasta que llegara donde quisiera (como método barato relación coste/efecto disuasorio no tiene precio, para todo lo demás....)

Seguro que se me olvida algo en esta introducción, pero bueno, me reservo el derecho de una segunda introducción en cualquier momento.... Lo llamo "Nota del Autor" y tan ricamente.


P.D.: El nombre de la empresa en cuestión me lo ahorraré, que estamos en crisis y seguro que con los derechos de autor me denuncian y me pulen, así que cada uno que se imagine la empresa de reparto de comida a domicilio líder en el sector que mejor le convenga..... Los nombres de los protagonistas también serán ficticios, que aún no me ha tocado el Euromillón y sigo viviendo en el mismo barrio que estos esquizofrénicos que siguen poniendo en peligro nuestras vidas...







Pasen y lean....